jueves, 21 de mayo de 2015

La pesada carga de las preocupaciones


Una vez, un psicólogo, en una sesión grupal, levantó un vaso de agua. Todxs, mientras observaban el vaso que éste sostenía, esperaban que él les hiciera la típica pregunta “¿está medio lleno o medio vacío?”. Sin embargo, lanzó la siguiente pregunta: “¿Cuánto pesa este vaso?”.

Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.

El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante, más bien depende de cuánto tiempo lo sostenga. Si lo sostengo durante un minuto, no habrá problemas; si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo; y si lo hago durante un día, mi brazo se paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y difícil de soportar se hace”.

Y continuó: “Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más, empiezan a doler. Y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizadx, incapaz de hacer nada”.


Recuerda soltar el vaso.

Lo imposible sólo tarda un pelín más en conseguirse ;)

A veces hay que mirar al pasado un poquito para que podamos poner orden a nuestro presente y así poder poner vistas sin bruma a nuestro futuro. Porque debemos labrar el camino para que el presente que vivimos y el futuro que nos espera sea lo que deseamos, aunque esto no implica que no nos vayamos a encontrar piedras en nuestro camino, y que no nos vayamos a tropezar con ellas. Pero cuando esto ocurra no debemos tirar la toalla, porque si creemos con todas nuestras fuerzas en lo que hacemos, si creemos en aquello que nos proponemos, lo lograremos, porque los imposibles no existen, sólo están para ser superados, sólo tardan un poquito más en conseguirse

Cuída-TE

Tu vida es como un pequeño jardín donde puedes plantar ideas, sueños, proyectos, emociones y sentimientos. Al igual que un jardín con flores, a todas estas ideas, sueños, proyectos, emociones y sentimientos, hay que regarlos. No pueden crecer flores en una tierra áspera, seca, desierta, sin agua. El oxígeno de un árbol, no puede hacer frente a la densidad de la toxicidad que se respira en un ambiente lleno de contaminación. Pues igual pasa con nuestro jardín si lo obligamos a que respire la hostilidad del ambiente de personas tóxicas que nos pueden rodear.

Al igual que este jardín con flores, en el cual si no plantas nada, nada recogerás, o que si no riegas las flores, éstas se marchitarán, lo mismo ocurre con nuestro jardín: si siembras odio, recogerás odio; si no lo cuidas, todos tus sueños, tus proyectos, tus emociones y demás, se marchitarán.

Si no alimentas tu vida, si no te cuidas emocionalmente, si no cuidas tus pensamientos tóxicos, si no te alejas de las personas tóxicas -aquellas que te hacen mal y no te aportan nada a tu vida-, no obtendrás otra cosa más que la insatisfacción de ver que no naces, que no creces, verás que vas muriendo poco a poco, como las flores marchitas de un jardín sin cuidar, y poco a poco no habrá vida en el jardín, más que mariposas con alas marchitas que van a posarse allí para dar su último suspiro antes de abandonar esa tierra hostil y sin sentido y vida.