miércoles, 1 de julio de 2015

¿Cómo le enseñarías a un niño qué es la resiliencia?

¿Cómo le enseñarías a un niño qué es la resiliencia?


Esta entrada está enfocada a los niños y niñas en edades tempranas.  El artículo de hoy es muy especial porque a través de un extraordinario vídeo de poco más de 3 minutos serás capaz de transmitir a tus hijos, serás capaz de transmitir a tus alumnos en qué consiste la resiliencia a partir de una metáfora tan sencilla como eficaz. ¿Quieres aprender cómo enseñar a tus hijos y/o alumnos qué es la resiliencia? Pues acompáñame.

La historia del niño y el hipopótamo. Una extraordinaria lección para enseñar qué es la resiliencia.




¿Qué es la resiliencia?
El vídeo que quiero enseñarte a continuación es un vídeo promocional que se realizó a propósito del VII Congreso de Resiliencia en México en el año 2011. Un vídeo sensacional porque es capaz de transmitir y enseñar de una forma tremendamente sencilla un término tan complejo como es el de la resiliencia. No te entretengo más y te dejo con el vídeo. A continuación haré una reflexión sobre el mismo. Espero que lo disfrutes como he hecho yo:



Así es como puedes enseñar a tus hijos y a tus alumnos qué es la resiliencia.




¿Qué es la Resiliencia?
La Resiliencia es cuando un ser vivo, planta, animal o ser humano
  • Resiste una presión tan fuerte y ¡se recupera!
  • Recibe golpes, ofensas y maltratos y ¡se recupera!
  • No se siente derrotado por lo feo, lo difícil o lo molesto que le pase en la vida, aunque se caiga y se ensucie.
Porque
  • La Resiliencia te permite recuperarte.
  • La Resiliencia te permite luchar.
  • La Resiliencia te permite sacar de tu vida lo malo y sucio.
  • La Resiliencia te permite soportar cualquier presión.
  • La Resiliencia te permite volver a ponerte de pie.
  • La Resiliencia te permite recuperar el humor.
  • La Resiliencia te permite aprender algo de cada momento.
  • La Resiliencia te permite aguantar serios problemas.
  • La Resiliencia te permite estar tranquilo, aunque tu cuerpo esté inundado de tristeza.
  • La Resiliencia te permite usar tus habilidades para hacer frente a cualquier situación mala.
  • La Resiliencia te permite aprovechar una mala experiencia para sacar algo positivo de ella.
  • La Resiliencia te permite absorber lo bueno de casa vivencia.
  • La Resiliencia te permite exprimir las emociones negativas.
  • La Resiliencia te permite crecer teniendo en todo momento los pies en la tierra.
  • La Resiliencia te permite mejorar y ser mejor pese a todos los golpes que recibes en la vida.

10 Aspectos que destacaría acerca del vídeo sobre la resiliencia.

1. Metáfora. Me parece muy original la idea de transformar una capacidad en un objeto, en este caso el vídeo cambia un concepto tan abstracto como la resiliencia en una esponja en forma de un hipopótamo.
2. Experimentación. No hay mejor forma de aprender que experimentando. Lo que hace el niño en el vídeo es aprender a partir de la experimentación. En el fondo no está experimentando con un hipopótamo, sino con la propia resiliencia y este hecho me parece algo fantástico. Creo que es algo que hay que valorar enormemente en edades tempranas.
3. Juego. Además de experimentar con la esponja en forma de hipopótamo, el niño está jugando con la capacidad de sobreponerse a las adversidades que tendrá de ahora en adelante. La importancia del juego, es más, la importancia del juego simbólico es otro aspecto muy positivo en la educación de cualquier emoción o capacidad, incluso la resiliencia.
4. Mensaje. El mensaje de qué es la resiliencia en el vídeo tiene una cualidad que me parece muy positiva y es que está creado a partir de mensajes muy breves. Son oraciones muy simples a modo de eslogan y que son relativamente fáciles de aprender y memorizar.
5. Lenguaje. El lenguaje se me antoja algo fundamental para explicar un concepto tan complejo como es la resiliencia. Además, dicho lenguaje debe estar enfocado a lo que está experimentando el niño y no en el concepto de resiliencia propiamente. ¿Qué quiero decir con esto? Que un niño no tiene por qué saber qué es la resiliencia, porque la resiliencia en estas edades no debe aprenderse en cuanto concepto, sino ser vivida y experimentada.
6. Esponja. El objeto elegido para enseñar qué es la resiliencia me parece sencillamente genial. Se trata de un objeto que al niño le parece muy cotidiano, ya que forma parte del ritual de su baño diario. Además, las características de la esponja hace que por mucho que se manipule siempre vuelva a su posición original. Este es el gran valor del objeto y este es el gran valor que hay que transmitir a los niños a la hora de enseñarles qué se entiende por resiliencia.
7. Hipopótamo. Otro acierto que considero que tiene el vídeo es el uso de la esponja en forma de animal, concretamente en forma de hipopótamo. El hecho de que a la hora de trabajar la resiliencia con el niño la esponja adopte una forma reconocible para cualquier niño le añade un valor muy significativo a la explicación. ¿Por qué? Pues porque el niño cuando tiene la esponja en forma de hipopótamo deja de pensar que es una esponja y sólo piensa en el hipopótamo como animal, como ser vivo, un ser vivo igual que él.
8. Música. Otro elemento que me gustaría destacar del vídeo es la música que lo acompaña. En este sentido he editado el vídeo para ponerle una música que fuera acorde con el concepto de resiliencia. Me parece importante que cuando se esté visionando el vídeo sobre resiliencia se pueda crear una atmósfera adecuada, ya que se trata de un concepto que está íntimamente ligado con el dolor, la pérdida y el sufrimiento.
9. Carcajadas. Al hilo del punto número 8, también me ha parecido oportuno añadir al final del vídeo las carcajadas de unos niños. Creo que este pequeño recurso puede ayudar a los niños a que se den cuenta de que por mucho que sufra el hipopótamo, por mucho que sufra el propio niño, al final, si son personas resilientes podrán salir de cualquier adversidad con la mejor de las sonrisas. Porque la resiliencia es un proceso, pero lo más importante de este proceso es que se puede salir de él con la risa, con la carcajada de un niño.
10. El niño. Aunque el gran protagonista de este vídeo sobre resiliencia es la esponja en forma de hipopótamo, también me gustaría destacar la presencia del niño. Personalmente me ha gustado que casi en todo el vídeo sólo aparezca una parte de su rostro. ¿Por qué? Porque lo importante no es el niño en sí, sino lo que hace el niño con sus manos. ¿Y qué hace el niño con sus manos? Pues experimentar con la resiliencia. Sólo al final del vídeo es cuando aparece el niño con su mejor sonrisa, una sonrisa que te avisa de que ha entendido qué es la resiliencia.

El sufrimiento del hipopótamo por parte del niño. La resiliencia se puede y se debe enseñar.

A lo largo de los poco más de tres minutos que dura el vídeo, la esponja en forma de hipopótamo pasa por:
  • Ser golpeado hasta car al suelo. En la vida es inevitable recibir golpes. Hay golpes que son muy duros y que duelen mucho. Pero por muy duro que sea el golpe, siempre hay que tener la fuerza para volverse a poner de pie. Y la resiliencia lo hace posible.
  • Ser sepultado por la arena. En muchas ocasiones la vida te cubre de dolor y de sufrimiento. Pero todo ese dolor y ese sufrimiento llega un momento en que se detiene. Al detenerse es cuando la resiliencia se encarga de apartar ese dolor, de barrer ese dolor para dejarlo a un lado y permitir poder proseguir con la vida.
  • Ser sepultado por la presión de una roca. En la vida hay momentos en que la presión que rodea a las personas es tan fuerte que acaba por sepultarlas, por hundirlas. Por eso es tan importante la resiliencia, porque la resiliencia es más fuerte que cualquier piedra, porque la resiliencia es capaz de soportar la mayor de las presiones. La resiliencia permite apartar la presión de la piedra para tener la posibilidad de volver a ponerse de pie.
  • Ser inundado por litros y litros de agua. Hay veces en la vida que se tiene la sensación que no se pueden absorber todas las dificultades que se presentan. Pero lo que la gente no sabe es que la resiliencia tiene la capacidad de absorber esas dificultades para luego gestionarlas debidamente.
  • Ser exprimido. Cuando las personas se sienten totalmente absorbidas por sus adversidades, es cuando la resiliencia se hace más necesaria e imprescindible que nunca. Porque la resiliencia tiene a capacidad de expulsar toda esa agua que nos tiene absorbidos, porque la resiliencia se convierte en la oportunidad de sacar fuera, de exprimir los problemas, las penas y el sufrimiento que cada uno lleva en su interior y siempre desde el autoconocimiento y la serenidad.
Gracias a la resiliencia se puede transformar el sufrimiento en una oportunidad para sacar lo mejor de uno mismo. Seguro que conoces la expresión “lo que no te mata te hace más fuerte“. Pues bien, lo que hace la resiliencia es, precisamente, hacerte más fuerte ante todas las adversidades que vayan surgiendo en la vida. Y lo más importante es que de cada situación adversa vivida hay que saber extraer un conclusión positiva, es decir, se trata de absorber lo malo para sacar de lo malo lo bueno como, por ejemplo, una enseñanza, una experiencia, una vivencia que te permita seguir adelante, que te permita seguir de pie, que te permita resarcirte.

Para saber más sobre la resiliencia.

Si quieres saber más sobre resiliencia te dejo tres artículos publicados enJustifica tu respuesta al respecto de este término:
Junto con estos artículo también me permito recomendarte estos libros sobre resiliencia que me parecen realmente instructivos:

**Nota: esta entrada ha sido completamente extraída del siguiente blog: http://justificaturespuesta.com/como-ensenarias-nino-que-es-resiliencia/


jueves, 21 de mayo de 2015

La pesada carga de las preocupaciones


Una vez, un psicólogo, en una sesión grupal, levantó un vaso de agua. Todxs, mientras observaban el vaso que éste sostenía, esperaban que él les hiciera la típica pregunta “¿está medio lleno o medio vacío?”. Sin embargo, lanzó la siguiente pregunta: “¿Cuánto pesa este vaso?”.

Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.

El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante, más bien depende de cuánto tiempo lo sostenga. Si lo sostengo durante un minuto, no habrá problemas; si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo; y si lo hago durante un día, mi brazo se paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y difícil de soportar se hace”.

Y continuó: “Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más, empiezan a doler. Y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizadx, incapaz de hacer nada”.


Recuerda soltar el vaso.

Lo imposible sólo tarda un pelín más en conseguirse ;)

A veces hay que mirar al pasado un poquito para que podamos poner orden a nuestro presente y así poder poner vistas sin bruma a nuestro futuro. Porque debemos labrar el camino para que el presente que vivimos y el futuro que nos espera sea lo que deseamos, aunque esto no implica que no nos vayamos a encontrar piedras en nuestro camino, y que no nos vayamos a tropezar con ellas. Pero cuando esto ocurra no debemos tirar la toalla, porque si creemos con todas nuestras fuerzas en lo que hacemos, si creemos en aquello que nos proponemos, lo lograremos, porque los imposibles no existen, sólo están para ser superados, sólo tardan un poquito más en conseguirse

Cuída-TE

Tu vida es como un pequeño jardín donde puedes plantar ideas, sueños, proyectos, emociones y sentimientos. Al igual que un jardín con flores, a todas estas ideas, sueños, proyectos, emociones y sentimientos, hay que regarlos. No pueden crecer flores en una tierra áspera, seca, desierta, sin agua. El oxígeno de un árbol, no puede hacer frente a la densidad de la toxicidad que se respira en un ambiente lleno de contaminación. Pues igual pasa con nuestro jardín si lo obligamos a que respire la hostilidad del ambiente de personas tóxicas que nos pueden rodear.

Al igual que este jardín con flores, en el cual si no plantas nada, nada recogerás, o que si no riegas las flores, éstas se marchitarán, lo mismo ocurre con nuestro jardín: si siembras odio, recogerás odio; si no lo cuidas, todos tus sueños, tus proyectos, tus emociones y demás, se marchitarán.

Si no alimentas tu vida, si no te cuidas emocionalmente, si no cuidas tus pensamientos tóxicos, si no te alejas de las personas tóxicas -aquellas que te hacen mal y no te aportan nada a tu vida-, no obtendrás otra cosa más que la insatisfacción de ver que no naces, que no creces, verás que vas muriendo poco a poco, como las flores marchitas de un jardín sin cuidar, y poco a poco no habrá vida en el jardín, más que mariposas con alas marchitas que van a posarse allí para dar su último suspiro antes de abandonar esa tierra hostil y sin sentido y vida.

domingo, 1 de febrero de 2015

DIRIGE TU VIDA

Cuando voy conduciendo el coche me fastidia bastante que me digan cómo hacer las cosas (“frena”, “puedes adelantar”, “incorpórate ya”, “tírale ya…”, y así un sinfín de “consejines”). A simple vista, puede parecer una tontería, de hecho no suelo contestar cuando alguien me “aconseja” lo que “debo” hacer, pero a mí es algo que me pone muy nerviosa, aunque sé que no se hace con mala intención, pero soy yo la que conduce, ¿no? Si hago una maniobra, si reduzco o acelero, o cojo un camino u otro, yo sé por qué lo hago, y creo que hasta que no se pregunta soy la única que sabe por qué hice una maniobra y no otra, y por qué no tomé un camino y no otro.

Si nos paramos a pensar, entre este ejemplo, un poco pésimamente explicado, y la vida, podemos ver que existen muchas similitudes:

Piensa (o imagina): nuestro coche se llama “vida” y cada unx de nosotrxs tenemos nuestro “coche” propio. Y, por consecuencia, ya que todos tenemos nuestro coche propio,  somos los conductores (y por consiguiente los responsables) de nuestra vida, aunque, desafortunadamente, muchos no asumen esa responsabilidad. Éstos, los conductores que no asumen esta responsabilidad de conducir su "coche", son conductores miedosos, que les gusta preguntar qué tienen que hacer, cuál es el mejor atajo o camino para llegar a un sitio. Y como resultado, tienen accidentes o no están satisfechos con su vida. Y entonces te preguntas, ¿por qué siguen escuchando los consejos de otros, cuando no están satisfechos con los resultados? Simple: es más fácil culpar a otros de sus fracasos, que ser responsables de sus decisiones

Entonces, podemos pensar que esto es así, lo de no asumir la responsabilidad, tomar el volante, porque el precio de seguir los impulsos de tu corazón, de tomar tus propias decisiones, es la posibilidad de fracasar. Pero es que nadie puede esperar tener éxito en lo que le gusta con tan solo unos intentos. Si no mira la historia, está llena de hombres que estuvieron peleando por sus ideas, y que después de fracasos temporales, obtuvieron el éxito: aplicaron la persistencia en sus sueños.

La sensación de libertad, de asumir el control del volante de tu vida, te dará una seguridad y energía interior que no tiene precio. Para un militar, su orgullo son las heridas de guerra. Y para el hombre de negocios, hablar de sus fracasos, antes de alcanzar la cima. Aunque las derrotas temporales te causen dolor… cuando sean cosa del pasado, te divertirá recordarlas, le dará más valor a tu éxito.

Detén a esa persona mata pasiones, y no la escuches cuando quiera dirigir el coche de tu vida, o cuando vaya a una velocidad diferente a la que tú lo haces. Esa persona no conoce por qué haces lo que haces. No conoce tu vida como tú la conoces. Ella no comprende tus sueños y motivos de la misma manera que tú, pues cada uno tenemos nuestra visión de las cosas. Finalmente, ella en sus consejos, proyecta lo que ella es, lo que ella hace, lo que haría en tu lugar, pero lo ve desde la barrera, y si es una persona mediocre, y le haces caso, vas a acabar siendo otra persona mediocre tú también. Ojo, esto no quita que en nuestro coche a veces no llevemos sentadas personas que verdaderamente empaticen con nuestra situación y se pongan en nuestro lugar y que nos den un buen consejo, pero recuerda que en última instancia eres el/la que decides si tomar ese consejo y si es el mejor para ti y va acorde con tus ideas, valores, sentimientos, por eso toma sólo aquel consejo que de verdad desees, no aquel que creas que va a complacer a los demás.

Observa que las personas que han tenido éxito, primero se escuchan a sí mismas. Fueron tercas en escucharse primero a ellas mismas, antes que a los demás. ¿Qué consejo te puedo dar? Hay dos frases que me encantan: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” de Machado, y “Try hard enough” de Malcolm Forbes, esto es: sigue intentando hasta que tengas éxito. Recordando mi vida, veo que las actividades en que he tenido más éxito, son en las que he aplicado estas dos frases. 

Y añade otros ingredientes: la esperanza, constancia, persistencia, valor, y saber encontrar dentro de lo negativo lo positivo. Siempre va a haber dos caminos: seguir adelante a pesar de que parezca que no lo lograrás, o resignarte. Al tomar el camino de seguir adelante… ¡lo lograrás! La esperanza puede hacer realidad tus sueños. Y si no lo logras, créeme, siempre hay algo mejor que te está esperando, de verdad, dije que la esperanza es un ingrediente más a añadir.

Cuando elegimos el camino de la resignación, al final sólo te acabarás excusando con mil excusas y pretextos de por qué has fracasado. Cuando te ocurra esto, piensa que nunca es tarde para intentar de nuevo las cosas, aunque si bien es cierto hay oportunidades que sólo se presentan una vez en la vida, o eso dicen, porque también soy de las que piensan que esto no siempre es así, que se pueden volver a presentar, quizás no de la misma manera pero sí parecidas, pues ahí no la vuelvas a dejar pasar, y si no se te presenta, búscala.

Por último, otro ingrediente más, y no por mencionarlo el último menos importante, la fe, el creer que existe alguien más, que nos dio la vida y nos creó, y no me refiero a nuestros padres, para mí se llama Dios, y pienso que él ayuda mucha, cuanto más perseverantes seamos, más fiel será a ayudarnos, sobre todo si lo tenemos presente siempre.

Te invito a que experimentes la emoción de conducir el coche de tu vida. Disfrútalo a tu ritmo, a tu manera ¡Y condúcelo hasta las estrellas!


¡SUERTE!

Ingredientes para sentirnos bien


De manera general, suelo sentirme bien conmigo misma, y, si tuviera que definirme, me defino como una persona feliz, sí FELIZ. ¿Y sabéis por qué? Porque intento siempre no esperar nada de nadie, porque esperar siempre duele. No soy conformista, pero me conformo con poco porque aprecio todo lo que tengo, por insignificante que pueda parecer para los ojos de quien no sabe ver más allá de las grandezas. Además, ante las adversidades y los problemas, intento pensar que éstos no son eternos, y que siempre tienen solución (ya sabéis, “después de la tormenta siempre llega la calma”). Lo único que no se resuelve es una enfermedad terminal, o la muerte, lo sé. Pero soy feliz porque pienso que la vida es corta, y porque intento apreciar y disfrutar de cada momento, bueno y regular, regular y malo, aunque sé que de estos no se disfruta mucho, pero sí se puede aprender y sacar partido. La vida es corta, repito, por eso, ámala, sonríe e intenta ser feliz, vive intensamente, disfrutando de cada momento como si fuese el primero (aunque lo que hagas lo hayas hecho ya mil veces, pero aprécialo como si fuese la primera vez).


Y recuerda. Antes de hablar, ESCUCHA. Antes de escribir, PIENSA. Antes de herir, empatiza y SIENTE. Antes de rendirte, INTENA. Antes de morir, VIVE.

viernes, 16 de enero de 2015

Hacer las cosas de corazón


El mapa no es el territorio. El mejor dibujo de una rosa no huele a rosa. Todo lo que pueda decirse del amor es nada si nunca lo has sentido. Es la emoción y el compromiso con la vida lo que le concede sustancia a lo vivido. La pasión con la que haces las cosas es la energía de la acción, el combustible de tus músculos, el fuego sagrado de tu conducta. Sin la pasión únicamente serás un simple espectador de tu vida, incluso aunque te encuentres en medio del escenario como protagonista. Y aunque te alaguen o te abucheen, tú realmente no estarás allí si en tu papel de cada momento no está involucrado el corazón.