Tras la reciente muerte de Robin
Williams muchxs de nosotrxs hemos quedado consternados por el suceso ocurrido.
Pero una cosa que me ha llamado bastante la atención es el rumor, no sé si
cierto o incierto, sobre las causas de la muerte del actor: presuntamente ha
sido un suicidio, ya que el actor
padecía una depresión. Es por este
motivo por el que me he inspirado para hablar sobre este tema: la depresión, y
una de las consecuencias que ésta puede tener en algunas personas, el suicidio.
Pero, ¿qué es la depresión?
La depresión podríamos definirla
como un estado de tristeza patológica,
acompañada de una marcada disminución del sentimiento de valor personal y de
una dolorosa consecuencia de disminución de la actividad mental, psicomotriz y
orgánica (Robert y Lamontagne, 1977).
La depresión se trata de un trastorno del estado de ánimo, caracterizado
por un estado de ánimo deprimido y por una pérdida del interés y placer por las
actividades cotidianas de la vida. Además de estos síntomas, también suele
aparecer, acompañando a este trastorno, algunos de los siguientes síntomas:
irritabilidad, ansiedad, cansancio
excesivo y continuo, problemas del sueño, cambios en el apetito y en la
actividad psicomotora, dificultad de concentración y toma de decisiones, entre
otros.
También se aprecia una forma de pensar negativa, tanto de ellos
mismos como del mundo que les rodea.
Las personas que padecen
depresión dejan de realizar actividades placenteras, incluso algunas de ellas
se descuidan de sus propias actividades “obligatorias”, como acudir al trabajo,
asearse, etc.
Se pueden dar también
pensamientos recurrentes de muerte o ideación, incluso intentos suicidas,
algunos de los cuales llegan a su fin.
La depresión, muchas veces, suele
verse acompañada de otros trastornos psicológicos como puede ser problemas de
ansiedad, trastornos del sueño, problemas de adicciones, entre otros.
Causas
Se ha pensado durante mucho
tiempo que la causa de la depresión era un desequilibrio bioquímico del
cerebro. Sin embargo, desde otras posturas, respaldadas empíricamente, se
defiende que para que una persona se deprima sería necesario que, en su vida,
ocurrieran cambios que fuesen percibidos como desagradables. También se
considera que el desequilibrio bioquímico que acompaña a la depresión es una de
las consecuencias de ésta, y no el factor que la causa.
Desde la Psicología son varios
los modelos teóricos los que tratan de dar una explicación de la aparición del
trastorno. Probablemente, algunas de las más aceptadas puedan ser el modelo integrado multifactorial de
Lewinsohn, por un lado, y por otro lado tendríamos el modelo cognitivo de Beck. Según el primer modelo, Lewinsohn plantea
que la ocurrencia de una serie de sucesos en la vida de la persona pueden
conducir a la depresión, estos sucesos serían aquellos que la persona percibe
como incontrolables, estresantes, sucesos que provocan sensaciones de fracaso y
reacciones emocionales negativas, todo esto unido hace que la persona tenga una
información más negativa sobre sí mismo, y todo esto podría conducir a este
estado depresivo. Por otro lado, según el modelo
cognitivo de Beck, se afirma que la persona deprimida tiene una visión
negativa de sí misma, del mundo y del futuro (esto en Psicología se conoce como
triada cognitiva); además, la persona
deprimida mantiene una serie de creencias
disfuncionales, que serían esquemas
cognitivos, modos que las personas tenemos para interpretar lo que ocurre a
nuestro alrededor, los cuales le llevan a interpretar de forma distorsionada y
negativa los sucesos de la vida, lo cual llevaría a la persona a interpretar de
manera errónea la realidad (errores
cognitivos).
Conclusión
Tenemos que ser muy conscientes
de que la depresión es uno de los trastornos psicológicos que padecen las
personas en nuestro mundo occidental. Se estima que al menos un 12% de la
población adulta lo ha presentado, o en el futuro lo presentará (Schuyler y
Katz, 1973).
Muchas veces las personas utilizan
la palabra depresión para referirse a
un estado de ánimo más bajo de lo habitual o cuando están cansadas, sin
embargo, la depresión es mucho más que esto. La depresión es un trastorno psicológico que supone importantes
cambios en la manera de sentir, de pensar y de comportarse de la persona que la
padece. Por tanto, hay que distinguir el trastorno de depresión de lo que sería un estado de ánimo bajo, ya que no se deben confundir.
La depresión puede aparecer a cualquier
edad, aunque lo hace con mayor frecuencia a partir de los 35 años de edad. Es probablemente
el trastorno psicológico que más daño hace a la persona que lo sufre y a las
personas de su alrededor.
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