El verano
ha acabado y ha dejado paso para que entre el otoño. ¿Pero...qué significa
esto?
Normalmente,
a la mayoría de las personas, les gusta la estación más cálida del año, esa estación
en la que los días son más largos y las noches más cortas. Las personas suelen
asociar esta estación a salidas y entradas, playa, vacaciones, reencuentros, desconexión.
Pero, de repente, de la noche a la mañana, llega el otoño: ¿y qué?
Hay
una verdad universal respecto a todo esto, y es que, como bien sabemos, todo
tiene un final, en este caso el último día de verano fue hace unos días, se
cerró el último capítulo de tu libro, pero ahí no se acaba, porque llega el otoño
y no deberías cerrarlo, ya que empieza un nuevo capítulo.
El
otoño puede dar paso a vivir nuevas experiencias, a embarcarnos en nuevos
proyectos, emprender nuevos caminos, tomar nuevas decisiones. El verano nos ha
tenido que dar lugar, al menos debido a la drástica situación que vivimos en
España, a que muchas personas hayamos tenido mucho tiempo libre, quizás más de
la cuenta. Tiempo libre para reflexionar, para descansar, para coger fuerzas y
decidir tomar nuevas decisiones, elegir emprender nuevos caminos o seguir
emprendiendo el mismo camino que dejamos una vez atrás.
Para
muchos el otoño les supone tristeza, pues dejan atrás esa estación en la que
todo parece más cálido, más vivo, y ahora tienen que acostumbrarse a los “colores
menos vivos”, los días más cortos y las hojas caídas de los árboles. Pero, ¿de
verdad lo ves así de drástico? Para mí el otoño es una de las épocas del año
que más buenos recuerdos me trae: el inicio de la facultad, el fin de un
proyecto, el inicio de un nuevo proyecto, reencuentros con amigxs…
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